Odio las entradas en los blogs que son tan largas. Ante todo, pido perdón por este textazo (aparentemente inútil) a los que lográis llegar al final. A los que no, gracias por intentarlo, os comprendo perfectamente.

 

¿Cómo podíamos (podían…) trabajar hace 30 años cuando los teléfonos móviles estaban empezando a ‘pensarse’? O cuando el envío de sms era algo ‘extra’ que ofrecían los primeros aparatos… Por suerte, en mi último trabajo fui oyente de ‘historias de periodista experimentada’ que mi jefa me explicaba, no sin que yo me sorprendiera de todas las piruetas que se hacían para publicar una simple noticia en el periódico del día después. Sin darnos cuenta estamos sumergidos en un huracán de tecnología que se nos escapa de las manos y que nos facilita hasta el extremo las tareas y que, quizá, nos ha hecho ‘acomodarnos’…

Estar localizable suele ser una ‘obligación’ para todos aquellos trabajadores que, a pesar de tener un horario laboral, están dentro de uno de esos sectores que no descansan. No, no hablo de los panaderos que Dios sabe a qué hora se levantan a poner las calles y a hacernos el pan. Me refiero, por variar un poco, a los periodistas o profesiones relacionadas con la comunicación. Hace poco escuché que una de las claves para que un proyecto funcione es la «necesidad y capacidad de estar constantemente conectado». Y ahora, además de estar conectado, tenemos alternativas de estar absolutamente localizados (voluntariamente, claro).

Al margen de los productos estrella de la venta por sms («¿Quieres saber en todo momento dónde está tu novio/a?»… libertad ante todo, claro que sí), Internet ofrece la posibilidad de crear nuestras propias localizaciones y aplicaciones tanto para configurar mapas con nuestros intereses e incluso, jugando con las posibilidades geolocalizadoras, comunicar en todo momento dónde estamos. Hoy sólo traigo tres ejemplos que tengo entre mis apuntes 🙂

1. 7Scenes.
Estuve en el taller impartido por la gente de WAAG en Madrid y creo que esta aplicación podría tener muchas (y buenas) aplicaciones para el sector educativo. El 7Scenes nos permite crear un mapa, de manera individual o por grupos, con localizaciones interesantes y llenarlas de contenido multimedia. Es decir, podríamos crear un mapa con los mejores bares para ir de tapas de nuestra ciudad y, en cada ‘punto estratégico’, añadir un video, una foto, un audio o un comentario que complete la información sobre esta localización. Me habría encantado que, por ejemplo, en Historia me hubieran explicado así, jugando, dónde se desarrollaron guerras, batallas o cualquier momento histórico localizado en un punto geográfico. Un ‘contra’: esta aplicación está disponible para móviles de última generación, que sí, que están muy extendidos actualmente, pero los que no tenemos un Iphone también queremos crear mapas.

Mapa con las localizaciones. El puntito rojo es CAMON Madrid.

Mapa creado con 7Scenes

 

2. GeoMe.
Este viene siendo más de lo mismo, pero con la idea de ‘compartir’ mapas con nuestros amigos. «Yo te invito a mi fiesta y para que no te pierdas te mando un mapa en java con la localización exacta». Además, parece que permite realizar búsquedas entre los mapas creados por otros usuarios según nuestro estado de ánimo… esto sería algo así como poner ‘aburrido’ en Google y que nos devolviese 1 millón de resultados ofreciéndonos planes que otros usuarios han configurado para librarnos de ese aburrimiento. Aplicación en Java para el móvil, pero ésta no sirve ni para Iphone ni Blackberry. Tengo que investigar más y descubrir si puedo utilizarlo con el wifi del móvil sin pagarle más chaletazos al señor Vodafone.

3. Foursquare.
La más desconocida para mí, sinceramente. Es una red social localizadora, algo así como un Facebook/Twitter (mezcla características de red social y la posibilidad de ‘seguir’ a otros usuarios) en el que puedes marcar dónde estás, hacer un ‘check-in’ y calificarlo, valorarlo, de forma que pueda actuar como una especie de ‘recomendador’. También puede integrarse con nuestros perfiles en Facebook y Twitter y que, automáticamente, cuando hagamos un ‘check in’ se publique automáticamente. Y al parecer, su gran éxito es haber convertido la geolocalización en un juego.

Conclusiones (y el por qué de mis dudas ante estas aplicaciones o lo que viene siendo ‘el por qué de éste post’)
1. En 20/30 años hemos pasado de escribir en Olivetti‘s (sí, estoy exagerando) y estar ilocalizables a la posibilidad de comunicarnos desde donde sea, como sea y con quien sea (siempre que tenga algún ‘aparato receptor’).

2. Las aplicaciones geolocalizadoras nos dan, proporcionalmente, igual libertad de expresarnos y decir ‘qué hacemos’ como de estar ‘vigilados’. Decir «mamá, me voy a la biblioteca» (sin intención alguna de hacerlo) puede ser un peligro si utilizas Foursquare compulsivamente… y tu madre también lo usa.

3. No estoy 100% segura de que estar localizados 24 horas sea la solución para una mejor información o eficiencia en el trabajo.

En cualquier caso, todo lo que signifique mejorar, conocer y compartir, bienvenido sea 🙂